Testimonio del Coordinador entre la Universidad Finis Terrae y Operación ´Viento Fuerte´(Operación Viento Fuerte)

Relato de un Proyecto
Escuela en Tubul / Quinto año carrera de Arquitectura Universidad Fins Terrae

Por UFT
Por Claudio Santander Lizama,
profesor

El terremoto de febrero de este año modificó no solamente un año que se veía normal y con toda la energía de las celebraciones bicentenarias.

Obviamente los contenidos y objetivos planteados a nivel docente también lo hicieron. El enfoque de todo nuestro gremio, incluido las universidades y sus estudiantes, se enfocó en hacer algo por las regiones y localidades más afectadas. Algo que pudiera significar no solamente un aporte intelectual, sino que ojala material, una ayuda real cuya urgencia era innegable. El terremoto se transformó finalmente en una oportunidad con la cual se consolidaron distintas iniciativas, cuya efectividad ya podemos valorar con la distancia de algunos meses.

En el principio
El primer paso que se dio en el quinto año de la carrera de Arquitectura de la Universidad Finís Terrae, fue lógicamente, reenfocar los temas hacia el desastre del sur de Chile. Originalmente orientada en una perspectiva urbana que gradualmente baja hasta la escala del proyecto, se invirtió el proceso, de manera tal de pensar en crear un “objeto”, a partir de un contenedor, que sirviera para contener (valga la redundancia), una actividad necesaria y prioritaria en los momentos de crisis. En total cuatro contenedores, uno por taller, serían usados como servicios higiénicos comunitarios; cocina comunitaria; telecomunicaciones y por ultimo uno de guardería para niños. Todos los alumnos participarían desde las ideas, hasta el montaje.

Lo que parecía absolutamente lógico en ese momento, como era la donación por parte de alguna empresa de los contenedores, fue el mayor de los obstáculos. Y tenían razón. Las empresas no son, en la gran mayoría de las veces, dueñas de estas cajas metálicas, considerando además el hecho de que una gran cantidad de ellas se había perdido por el tsunami. La desesperación comenzó a adueñarse de docentes y alumnos.

La oportunidad
Una llamada de Domingo a las 17.00 volvió a cambiar el rumbo de las cosas. Fernando Valenzuela, Gerente de Logística de una de las empresas a las que habíamos golpeado la puerta, supo de la gestión que hacíamos para obtener conteiners con el fin de ayudar. Fernando había recibido una petición, del propio Ministro de Educación, para hacerse cargo de la reposición de una escuela para cumplir con el plazo impuesto por el propio gobierno a la vez que había contactado a un donante que podía poner a disposición los recursos necesarios para su materialización. Faltaba apenas un mes para eso. Las grandes oportunidades requieren de grandes esfuerzos y así lo entendimos en la universidad, desde el Decano hasta los alumnos. Aceptamos el desafío y nuevamente se reformuló el trabajo en el taller, enfocado ahora en hacer no cuatro módulos, sino una escuela completa con los esquivos contenedores.

La primera decisión fue realizar el trabajo en bloque, es decir, desapareció el concepto de cuatro talleres, fusionándose, por un tiempo, en un solo gran taller y se plantearon cuatro etapas en el desarrollo del proyecto.

Etapa 1 – Concurso
Se llamó a un concurso de ideas para ser desarrollados en grupos en solo tres días considerando un programa básico de salas de clases de kínder y prekinder; salas de 1° a 8° básico, baños, comedor, sala de profesores y sala de computación. Todo considerando el ocupar 22 contenedores como máximo. 20 proyecto se recibieron de los cuales se seleccionaron dos para su desarrollo. Los parámetros para la elección de los “ganadores” fueron consideraciones de distribución del programa, los espacios exteriores considerados y una flexibilidad en su emplazamiento que lo hicieran posible de ubicar en distintos lugares, ya que aún no se contaba con el emplazamiento definitivo donde estaría la escuela.

Etapa 2 – Desarrollo del Proyecto.
En esta etapa, el curso de quinto año se dividió en varios grupos. Uno mayoritario se dedico a desarrollar, durante una semana, los planos para la habilitación de los conteiners. Otro se dedico a registrar el trabajo de sus propios compañeros. Otro se preparaba a ir al emplazamiento que prontamente se definiría, otro materializaba una plataforma de contacto y extensión (http://tallerochopuntoocho.ning.com/) .
Por último otro se dedicaba a los modelos digitales y materiales. En este lapso se nos comunicó el emplazamiento definitivo , CALETA TUBUL, un pueblito en la provincia de Arauco, en la octava región, ubicado en una punta del golfo de Arauco que había sido arrasado por el tsunami. El grupo de avanzada de alumnos partió entonces a Tubul para recoger toda la información posible del lugar donde se instalaría la nueva escuela y comenzaron a preparar en terreno todo, lo necesario para su emplazamiento.

emplazamiento
Etapa 3_Habilitación de los Contenedores
Una vez finalizado el proyecto, y durante una semana, se realizó la habilitación de los contenedores para salas de clases y demás usos definidos. En esta labor, también participaron alumnos, en trabajos como pintura o la incorporación de iconografía diseñada por ellos mismo. Sin embargo el grueso del trabajo lo hizo una empresa especializada en la habilitación de contenedores para la minería, trabajo que contó, en todo caso con la supervisión de los propios alumnos y profesores.

Etapa 4_ Montaje
Quizá la más importante y emotiva de las etapas fue esta, no solamente por ver la materialización de una obra colectiva (la primera para los alumnos y futuros arquitectos), sino por la respuesta a la esperanza y expectativa que habían puesto los habitantes de Tubul en ver la escuela funcionando a tiempo para sus niños. Durante una semana se trabajo en el montaje de los contenedores que fueron llevados en tres convoyes desde Santiago a Tubul. Un grupo de avanzada de alumnos trabajo durante toda la semana en la materialización del proyecto, al cual se le fueron uniendo paulatinamente todos los alumnos y profesores. La escuela fue inaugura por el propio Ministro de Educación el Domingo 25 de Abril a las 11.00hrs.

Descripción del proyecto
El proyecto consta de 22 contenedores, 20 de ellos dispuestos a nivel de piso y dos en altura que ayudan a conformar el acceso. Los contenedores usados son de 20 pies y se unieron de a dos, por su cara más larga, para conformar los distintos espacios de salas de clases y otras actividades. El conjunto esta agrupados, entonces, en cinco grupo de cuatro contenedores cada uno. Los grupos están dispuestos en forma lineal y separados entre ellos, de manera de formar espacios de acceso a cada sala de clases que sirven a la vez de pequeños patios. Sobre el acceso, como se dijo anteriormente, están la sala de profesores y la oficina de la Directora. Esta morfología permite marcar de manera más importante la entrada al conjunto, al final del cual se ubica la única construcción que se rescató del antiguo colegio, donde se remodelaron cuatro salas para completar el ciclo.
Todos los patios y recorridos están techados con una estructura de acero con policarbonato para proteger de la lluvia. Bajo esta estructura se propuso, a modo de disipador de la luz, de un entramado de madera que se instaló con posterioridad.
Todos los contenedores se fundaron sobre poyos y están elevados 60cm sobre el piso existente del antiguo colegio. A cada espacio se entra por rampas que se hicieron in situ para estos efectos.
Todos los espacios fueron entregados con mobiliario, iluminación, revestimiento y aislación interior, ventanas tipo termopanel de pvc, computadores y calefacción, Incluso en modulo destinado a baños y ducha, cuenta con un panel solar instalado en el techo, que hace posible se pueda contar con agua caliente todo el año sin gastar energía.

Moralejas
Uno de los trabajos más duros para todos los profesores que participaron en esta experiencia, fue volver al esquema habitual de trabajo de taller. No solo el agotamiento del mes trabajado, sino el hecho de haber materializado una idea, hicieron muy difícil la esta vuelta. El trabajo en equipo; la materialización de una obra colectiva; la confianza en los distintos actores que participaron y la entrega mancomunada frente a una obra que no iba a tener ninguna recompensa fueron los grandes motores y las grandes satisfacciones de este proyecto.
Sin duda que la materialización de una obra es un incentivo muy fuerte en la participación y compromiso que se espera de los alumnos. El hecho de trabajar sobre algo que realmente se va a construir, hace que su perspectiva frente a temas como la construcción, las estructuras o los materiales, pasen de ser temas manejados en forma independiente y casi en la teoría, a temas que deben unirse para entregar la información adecuada, es dejar de dibujar y comenzar a construir.

Decano FAD U. Finis Terrae
José Gabriel Alemparte

Director Escuela de Arquitectura
Jorge Morales Meneses

Coordinador V año carrera de Arquitectura
Humberto Eliash Díaz

Profesores
Carlos Bustamante, Alain Champion, Jorge Mora, Claudio Santander

Ayudantes
Sergio Araneda, Verónica Bravo, Catalina Henríquez Cristobal Vial

Colaboradores
Matías Noguera, Matías Sutil

Alumnos de quinto año
Jaime Acevedo, Hernán Alarcón, Diego Alvarellos, Janet Bacovich, Marco Bonta, Daniela Bravo, Camila Budnik, María Pía Camus, Constanza Castro, Isidora Costabal, Carla Echeverría, Nicolás Edwards, Natalia Faundez, José F ontecilla, Constanza Gajardo, Constanza Garrido, Carolina Grez, Macarena Henríquez, Corina Hidalgo, Catalina Hormazabal, Paula Hube, Francisca Infante, Diego Izquierdo, Nicolás Jordán, Marcela Larraín, Pilar Lavín, Bernardita Lozano, Francisca Lucero, Felipe Maira, Fernando Mebold, Matías Moreno, María Paz Neira, Valeria Pacheco, Augusta Pastor, Francisco P.-Cotapos, Karin Pieper, Ignacio Pizarro, Francisco Poblete, Caterina Prenafeta, Constanza Quevedo, Daniela Quiroz, Maruzzella Ricci, María Eugenia Robles, Cornelio Saavedra, José Salinas, Sofía Santa María, Claudia Sepúlveda, Janja Skorin, Rocío Taladriz, José Undurraga, Carla ,Valdivieso, Camila Valenzuela, Magdalena Valenzuela